Por Lily M. Garza
En un hermoso y elegante jardín lleno de rosales y de estatuas de querubines, una joven mujer se balancea en un columpio mientras su ligero vestido rosa flota y ondula en el aire. Seguramente está contenta, pues sonríe y mueve las piernas tanto, que hasta una de sus zapatillas sale volando.
El columpio es impulsado por su esposo, un hombre algo entrado en años y además tan inocente que ignora que, del otro lado y escondido tras unos arbustos, el coqueto amante de la joven observa desde abajo más de lo que debiera.
Se trata del más famoso cuadro del pintor francés Jean-Honoré Fragonard, El columpio (L'escarpolette), realizado en 1767.
Fragonard fue un celebre pintor, discípulo de Chardin y de Boucher, y ganador del Prix de Rome. Sin embargo, la historia detrás del cuadro es mucho más interesante.
Se dice que el Barón de St. Julien, un hombre de importancia en la Francia del siglo XVIII debido a que administraba los impuestos del clero, fue un día a visitar al pintor Gabriel-Francois Doyen, conocido por sus trabajos con temas históricos. El Barón le pidió a Doyen una pintura con instrucciones muy específicas: "Me gustaría que pintaras a Madame [St. Julien] sentada en el columpio siendo empujada por un obispo. Deberás colocarme a mí en una posición en la que pueda observar las piernas de esa encantadora joven, e incluso más si quisieras animar la pintura...". (1)
Doyen, completamente impresionado por tan inusual encargo, rechazó la petición del Barón y sólo pudo sugerirle a Fragonard para el trabajo, quien era en el momento conocido como pintor de galanterías. Poco importó a este pintor el extraño deseo del Barón, y realizó la obra con apenas una modificación al encargo: sustituyó al obispo con un esposo de la joven.
Sólo queda imaginar el recibimiento de la obra entre los miembros de la sociedad parisina.
Además de ser la obra más representativa del autor, El columpio también lo es del estilo conocido como Rococó.
En la pintura, el Rococó se caracterizó por el uso de tonos claros y apagados y colores pastel, especialmente rosa, verde y plateado. El pintor pretendía crear la sensación de intimidad, la impresión de ligereza, elegancia y fragilidad.
El erotismo, la coquetería, la belleza, la teatralidad, la frivolidad, la ambigüedad y el exotismo, son temas comunes para el Rococó, y con frecuencia se representan bailes, galanteos y aventuras amorosas. Por eso, en ocasiones se dice que se trata de un estilo muy frívolo, al igual que el grupo social de donde venía: la aristocracia francesa, que se reunía en sus salones –decorados todos en este estilo- y para la cual, el amor era uno más de sus pasatiempos.
Para muchos, El columpio es una obra que refleja no sólo un simple deseo personal del Barón de St. Julien, sino el espíritu de una fracción, rica y ociosa, de la sociedad francesa en vísperas de la Revolución.
El columpio, (Les hasards heureux de l'escarpolette), c.1767, Wallace Collection, London.
El cerrojo, (Le Verrou), c.1778, Museo del Louvre, Paris.
Joven leyendo, c.1776, National Gallery of Art, Washington.
La Rosquilla o Joven jugando con un perro, (La Gimblette ou Jeune fille faisant danser son chien sur son lit), 1765-72, Fondation Cailleux, Paris.
Beso robado, Museo Hermitage. San Petersburgo.
5 comentarios:
Me fascina tu capacidad de envolver todo lo que dices en esa atmósfera por la que las palabras fluyen tan suave y naturalmente.
Sería imposible cansarse leyendo algo que escribes jajaja. Antes que dijeras que se trataba de esa pintura, pensé que la historia me resultaba familiar, pero no sabía de dónde jajaja.
Bueno, mi queridísima mère, felicidades por el quincenal tan interesante :) , y estamos hablando ok???
Besos :D
Una bella y atractiva descripción del cuadro, saludos pequeña
Hola Lili!
Me encantó tu artículo, las pinturas son excelentes, me gustaría tener una "réplica" en mi casa. Me gustan los colores y la forma en que las plasmaron, parecen salir de una nube y que cobrarán vida de un momento a otro. Guau, me llevaste hasta el "columpio". Gracias
Un abrazo
Lety Segura
Mantuve aierta esta ventana por días hasta encontrar el ratito de contestar... básicamente, no termino de entender cómo es que todo lo que escribes me inspira, todo me lo imagino perfectamente bien!
Hazme un guión, hehehe.
No recuerdo mi usuario, así que el día de hoy soy anónima.
--Marisol.
Ok, ya no.
Qué interesante, nunca me había detenido a analizar el columpio. Me gustó mucho el reporte, y al igual que tus amigos (as) tengo que decirte que tienes una narrativa muy linda, fluida, con buena organización y ritmo, jijijiji, ya me salió la parcialidad, jajajaja. Te amo.
Ramón
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