miércoles, 29 de agosto de 2007

La lucha moral en Demian de Hermann Hess

Encontramos en está entretenida novela unos sucesos un poco reflexivos, psicoanalíticos y trascendentes de todas las personas. Este libro fruto de una crisis nerviosa sufrida por Hess en 1916.
Es una historia vista desde los estados concientes que sufre el personaje principal (Sinclair ) encontrándose a lo largo de su existencia en un estado disyuntivo entre lo bueno y lo malo, una “marca” como lo mencionan en la novela, sin poderse salir de esta fase.
Siempre (Sinclair) intenta ubicarse entre uno de los dos extremos (el bueno y el malo) pero en esta contradictoria, que siempre lo persigue, se ubica un personaje antagónico, Demian, el cual aparece solo en momentos oportunos de la vida de Sinclai, justo cuando tiene problemas ya sea de abuso, alcohol o crisis de personalidad, estando al borde de la muerte o por una simple plática, pero juega un papel principal, ya que cada que Demian aparece, la obra toma un giro inesperado, incluso en el momento en que va a finalizar la historia.
El autor juega con la vida de Sinclair, mandándolo de estados pacíficos a problemas con pocas posibilidades de resolver, empero nunca le pone una adversidad que no pueda resolver, en su infancia, por ejemplo, Sinclair se acarrea una dificultad por el sólo hecho de haber mentido. En su adolescencia lo encontramos con vicios, y prestando atención a este punto, casi cualquier adolescente tiene vicios, pero Hess adentrándose en este suceso, nos lo muetra como un vicio de alguna manera conciente, de tal modo que el personaje sabe o siente que no es correcto las cosas que hace, pero trata de aprender de ellas, de igual manera que trata de profundizar en todos los demás aspectos de su vida.
Es una obra, que desde el principio nos muestra la existencia de dos mundo, uno bueno y uno malo, uno con problemas y otro sin ellos, uno con corrupción y otro con virtudes, pero no solamente mostrándolos superficialmente, sino acuciándonos a observar la existencia de una unión entre ellos, invitándonos de otro modo a saborear las desilusiones y procesos de una persona que no sólo se acompleja, sino que aprende de sus errores, claro está, no sin ayuda de una conciencia, Demian.



Opinión personal.
Siento que en esta obra los personajes, todos ellos, son una misma persona, pero en estados diferentes del ser, que lucha constantemente contra si mismo por descubrir una realidad o un por qué de las cosas. Alejándose el (o los) personajes, de la opinión de la gente, sintiendo que ella (las personas) siempre estás erroneas y no guiándose por esto mejor observa su persona.

A. A. Maldonado

3 comentarios:

Lily M. Garza Saldívar dijo...

Hola, niño!
Creo que se te olvido agregar el link en el mail. Te quedó bien, niño, y te recomiendo que sigas leyendo mucho!
Hablamos en clase!

elisucha dijo...

Bueno, yo creo que tiene muchos elementos rescatables. Es un libro que utiliza simbolismos, si mal no recuerdo, como el de la manzana, y así.
No podemos cerrarnos solamente a que es una más de las luchas entre el bien y el mal, sino ver más allá de eso (pff, bien Nietzsche). Me refiero a la duda que siembra respecto a la moral y a la religión como parte del ser, y de las esencias mismas.
Yo pienso que es muy interesante, sobre todo casi al final, la aparición de la señora y la influencia que tiene en el personaje principal. ¿Qué significa, o qué sugiere?
Ahora, ¿por qué el libro se llama Demian y no Sinclair, cuál es el papel de ese personajillo?
Incluso podríamos ahondar más en el contexto, no tanto psicológico, sino filosófico, y ampliar más la perspectiva en vez de reducirla sólo a una crisis nerviosa. Más que eso plantear la corriente a la que pertenece y por qué.
Y pues está muy bien, nada más que la opinión personal creo que deberías incluirla en tu texto y no separarla. Pues se da por entendido que al escribirlo tú estás pensando en eso y la forma en la que lo escribes, las palabras que utilizas y los matices que confieres demuestra tu postura al respecto.
Ahora mátame por ser criticona, jajaja.
No, lo hago en buen plan. En realidad Herman Hesse, ése de Demian fue también uno de los primeros que leí y tengo bien presente ese simbolillo, el escudo de la familia y esas cosas tan locas. Ah, no! ése ya es el Lobo estepario y el teatro para locos... o sus fuegos artificales y Knulp y lo efímero.

Anónimo dijo...

Excelente trabajo Reyna.
Sigue adelante