miércoles, 29 de agosto de 2007

Flavor Flav (Por Elisa Gaytán)

Cuando publiqué la entrada del programa falso, me di cuenta de mi error en habiéndolo hecho público. Antes de aclarar esta cuestión tan dudosa, juguemos a hacer silogismos. El programa es real, lo que no es real es el objetivo del mismo, encontrar la media naranja (o aguacate) del negro. Podríamos, como somos dioses en este instante, dividir la realidad en realidad real y realidad pretendida. La realidad real es el desencanto. Es dinero, es miseria y poder y ganas de sobresalir. La realidad real no hace caso de los sentimientos, si no son a los de la ironía, la maldad pura. Por ejemplo, cuando el negro desea humillar a las mujeres que se prestan a ello. Y de una de las chicas saca el oscuro pasado en fotografías, donde posa como una de las conejitas de playboy, pero a diferencia de ellas, vestidas lindas nice, ésta mujerona tenía los dedos no sé dónde metidos que ni quisieron pasar la foto por la t.v. Y fue aprehendida en el acto como una maldita mentirosa enferma y puerca. Se le acabó su tiempo. Y en la realidad pretendida, nadie se hace daño. Todo está bien, todos se esfuerzan por sonreír, fingir que son amigos, simulan amar a un negro indeseable (perdona la repetición, pero esto es parte del problema que trataremos más adelante). En la realidad pretendida, las perritas están de acuerdo en ser humilladas, les gusta.Habiéndonos situado en terreno firme, un poco confuso es el ambiente debido a la forma en la que se entrelazan la realidad real con la pretendida. Pero yendo al grano, el meollo del asunto, es decir, en lo que consiste mi error, es que no consideré la realidad pretendida como verdadera. Para mí es un verdadero misterio cómo funciona la mente, en especial la de estas mujeres. ¿De qué forma habrá sido afectado su incosciente? ¿Fueron atacadas sexualmente cuando eran niñas? Pero considerando seriamente el punto, yo estoy segurísima que una posibilidad, la más probable, la que quiero creer es que: es cierto. Es cierto que ellas compiten para ganarse a ese hombre. A ese hombre y sus dolarucos. Incluso estoy considerando que tal vez ellas lo aman porque lo ven con otras. Es una clase de amor raro, que no voy a definir aunque yo sea poderosa y tenga la fuerza en mi mano para crear universos paralelos. Porque el amor me sobrepasa. Porque el amor es todo y nada y es calor y frío y es miedo y seguridad y amor es amor y odio, amándose y odiándose...Pero esto podría ser, que ella lo ama y si lo ve feliz con otra, sufre pero a la vez se alegra por la felicidad del negro. Y que en realidad a ella, que lo ama (puede ser cualquiera de las veinte perritas), no le importa que él haya tenido sexo en la misma casa que ella con otras, que las observa a todas con la saliva de un hombre urgido sexualmente, que disfruta con su sufrimiento, aplastando su dignidad y eso les regocija, porque ellas lo gozan, es la forma en la que se sienten queridas, sienten que obtienen algo de atención.No voy a defender la existencia de los programas aberrantes (reality shows). Es muy su vida. Es muy su cuerpo. Sólo apelaré a la gran masa femenina que extienda el estandarte de la igualdad, no física, sino mental y emocional. Que no tomen como arquetipos a estas mujeres, a menos que su forma de amar sea parecida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

te firmo
y ya vi lo de lolita XD
te lo recomiendo
el libro es bueno
sobre tu texto no hablare
creo q ya dijiste todo
y ya habiamos hablado de esas cosas
X*

¬¬

Lily M. Garza Saldívar dijo...

Hola, niña!!
Oye, felicidades por tu premio!! Tan calladito que te lo tenías, jiji.
Nos vemos!