Chaplin. El arte de expresar sin palabras
El cine ha ejercido, desde sus inicios, una marcada influencia en la población global. La fascinación provocadora de los distintos cuadros en movimiento se hizo parte esencial de la cultura popular y, en gran medida, hizo surgir entre las masas un vehemente deseo de alcanzar nuevos niveles de satisfacción visual. El cine mudo emana desde las entrañas de un mundo ávido, sorprendentemente aglomerado ante un proyector de imágenes, en las cuales, busca el retrato perfecto de su propia caricatura social. La ausencia de sonido no fue impedimento para crear un lenguaje propio: el sugerente e insinuante. Un lenguaje capaz de convertir a los espectadores en piezas partícipes del nuevo juego humano llamado “modernidad”.
Charles Chaplin comprendió, desde sus inicios en el cine, que la palabra no era estrictamente necesaria para crear magia en el espectador ni para conmover sus sentidos. Preocupado de la temática y la representación, su habilidad para conducir a sus colaboradores de cuadro a los extremos del lenguaje corporal y la expresión facial, le valieron el reconocimiento mundial de todos aquellos que admiran la estética del cine. Su faceta de actor resulta más sublime, ni comediante ni mimo, sino satírico y crítico poseedor del don de la elocuencia y de la pantomima como recurso irónico para representar la realidad de una forma subjetiva. Él se reía de sí mismo y, a la vez, se reía de la sociedad, del mundo y de la modernidad.
Desde el inicio de cualquier película de Chaplin existe una impetuosa provocación hacia el público, no es de ninguna forma una intención que el autor pretende esconder, por lo contrario, el mensaje siempre se encuentra claro y visible en el transcurso del filme: exhibir una crítica social, política y cultural. La incapacidad de usar la palabra no le desanima sino que le obliga a desarrollar otros métodos aún más inquisitivos que el diálogo. La imagen se convierte, entonces, en la principal arma para mostrar el propósito fundamental de su obra, la confrontación y no evasión de la realidad social.
El cine ha ejercido, desde sus inicios, una marcada influencia en la población global. La fascinación provocadora de los distintos cuadros en movimiento se hizo parte esencial de la cultura popular y, en gran medida, hizo surgir entre las masas un vehemente deseo de alcanzar nuevos niveles de satisfacción visual. El cine mudo emana desde las entrañas de un mundo ávido, sorprendentemente aglomerado ante un proyector de imágenes, en las cuales, busca el retrato perfecto de su propia caricatura social. La ausencia de sonido no fue impedimento para crear un lenguaje propio: el sugerente e insinuante. Un lenguaje capaz de convertir a los espectadores en piezas partícipes del nuevo juego humano llamado “modernidad”.
Charles Chaplin comprendió, desde sus inicios en el cine, que la palabra no era estrictamente necesaria para crear magia en el espectador ni para conmover sus sentidos. Preocupado de la temática y la representación, su habilidad para conducir a sus colaboradores de cuadro a los extremos del lenguaje corporal y la expresión facial, le valieron el reconocimiento mundial de todos aquellos que admiran la estética del cine. Su faceta de actor resulta más sublime, ni comediante ni mimo, sino satírico y crítico poseedor del don de la elocuencia y de la pantomima como recurso irónico para representar la realidad de una forma subjetiva. Él se reía de sí mismo y, a la vez, se reía de la sociedad, del mundo y de la modernidad.
Desde el inicio de cualquier película de Chaplin existe una impetuosa provocación hacia el público, no es de ninguna forma una intención que el autor pretende esconder, por lo contrario, el mensaje siempre se encuentra claro y visible en el transcurso del filme: exhibir una crítica social, política y cultural. La incapacidad de usar la palabra no le desanima sino que le obliga a desarrollar otros métodos aún más inquisitivos que el diálogo. La imagen se convierte, entonces, en la principal arma para mostrar el propósito fundamental de su obra, la confrontación y no evasión de la realidad social.
La recreación visual va cargada de elementos sentimentales y psicológicos que determinan la actitud de los personajes principales ante la vida y el modo de vivirla, generando, por consiguiente, un drama puramente humano. El resquicio por donde intenta escaparse la felicidad trata siempre de ser cerrado por el individuo que vive la fatalidad. El propósito de Chaplin no es constituirse como un genio moralizador, ni mucho menos hacer de sus películas fábulas obsoletas con un consejo superficial acerca de cómo debería ser redimido el mundo y la sociedad; la intención es que el espectador se confronte, se confunda con los personajes, se encuentre dentro de esa atmósfera satírica y quede inmerso en ella para gozar del sufrimiento y reírse del infortunio de su propia existencia sombría y mecanizada que esclaviza su desalentado espíritu.
Cada uno de sus trabajos muestra un universo crítico concientemente organizado, que se percibe desde distintos ángulos que son puestos en el escenario como un juego de comparsas modeladas por manos de artesano, de artista que penetra en las conciencias sin fastidio ni tintes trágicos. Entrar en su cosmos cinematográfico provoca alcanzar los polos opuestos de las emociones porque ambos se conjugan dentro de él. Juega con nosotros, envolviéndonos en su ambiente, somos olas que subimos y bajamos a su orden y disposición, reímos con sus aventuras, lloramos con sus desdichas, y envidiamos su fantasía, su rostro y encanto ingenuo que encuentra, a pesar de todo, la vida magnífica y jocosa porque no se olvida nunca de vivirla intensamente, se convierte en héroe inútil al que se le tiene compasión, luego se le admira por su virtuoso ingenio para salir airoso de sus múltiples tropiezos y porque con su mirada pícara muestra un corazón capaz de entregarse a sí mismo por otros prolongando así, la marcha de su largo andar, esbozando sonrisas y viviendo su alegría al lado de su cómico drama que sigue moviéndose a tantos o cuantos cuadros por segundo, según avance la tecnología de un mundo agónicamente globalizante.
Reyna V. Méndez Rodríguez
11 comentarios:
Hola mi nombre es Aida y me parecio un articulo muy interesante por que el cine mudo es muy divertido y en esta epoca hay mucha gente que no sabe mucho de esta clase de peliculas y seria interesante mirar los temas de hoy en esta forma....
HOLA MI NOMBRE ES RUBEN ESTE ARTICULO ME PARECE EXELENTE POR QUE ESTE PERSONAJE FUE MUY IMPORTANTE EN ESA EPOCA POR LA FORMA DE CRITICAR LA POLITICA FORMAS SOCIALES EN FIN UNA VARIEDAD DE CRITICAS QUE EL PUBLICO QUE LA MIRAVA ENTENDENDIA PERFECTAMENTE LO QUE SE QUERIA TRASMITIR AL PUBLICO.
excelente critica de un personaje que fue parteaguas en el septimo arte al que personalmente admiro muchisimo, y este reportaje me ayuda a entender mejor ciertos aspectos de su arte., Felicidades Reyna, con afecto Lulu
It is definitely much better than Aristophanes, won’t you agree? It really does sound professional, and makes me think you have _actually_ studied the phenomenon. Don’t get me wrong, but it did amaze me, I didn’t know you could write like this.
Congratulations on this one, girl. Tell you the rest after class…
Ya leí tu artículo y me gustó muchísimo, bien redactado y con muy buen contenido.
Sabemos, que el lenguaje corporal y la expresión facial en el cine mudo requería de mucha precisión, para que la gente lo entendiera, realmente era un gran trabajo.
Te felicito por este gran trabajo pero más por evocar a Chaplin.
Reyna:
Felicidades por tu trabajo tan maravilloso, y por ese Don que Dios te diò.
No conozco mucho pero escribir algo de el Sr. chaplin es grandioso.
Eres muy talentosa.
Dios te bendiga
Carmen
es muy interesante el articulo, ya q el manejar un lenguaje sin palabras es muy complicado y es mas el transmitirlo a través del la pantalla grande. Te felicito por el como escribes y sigue adelante...
Hola Reyna muchas felicidades, tu articulo me parece excelente.
El cine mudo de Chaplin es muy interesante, magico,y divertido con ese lenguaje corporal y expresion facial.
Sigue adelante, que Dios te bendiga Imelda
Que tal.. ya sabes que no soy muy afecta a la lectura, y por ende hay cosas que no comprendo muy bien. El tema me parece interesante, pues data de un personaje que sin hablar, supo expresar lo que queria dar a conocer. En lo particular, el tema me envolvio, y mas que nada la forma en que lo escribiste, creo que vas por buen camino, sigue persiguiendo tu sueño de ser lo que quieres ser y hacer querida amiga, siento que estoy aprendiendo mucho gracias a ti, y quiero seguir compartiendo contigo, y no porque seas mi amiga te lo digo, creo que esto es algo importante en tu carrera, y es un muy buen trabajo, FELICIDADES!!!
Un abrazo...
hola!
me parece muy interesante esto del cine, sobre todo los inicios, que creo que fue lo mejor... ahora con tantos efectos especiales y sin ninguna historia...
bye =)
Bueno la verdad no me esperaba menos de usted señorita, una redacción impecable al igual de la ortografía y ni hablar de la manera de abrir al personaje para que el lector lo conozca aun cuando no tuviera informacion anterior a esta, de verdad es que el cine se ha valido exageradamente de el lenguaje verbal saturandolo no permitiendo pensar todavia mas alla de las palabras, Chaplin demostro que no se necesita una palabra para decir todo lo que se lleva en si mismo, un abrazo amiga, me encanto y cuando quieras te lo publico en mi revista mensual!!! usted nomas digame....
atentamene...
Pamella Peralta mejor tarde que nunca o no? un besooo
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